Desregulación del Gas en Garrafa: Un Riesgo para los Hogares Más Vulnerables

 Desregulación del Gas en Garrafa: Un Riesgo para los Hogares Más Vulnerables


La eliminación de precios máximos puede agravar la crisis económica y excluir a millones de argentinos del acceso a una necesidad básica.


La reciente eliminación de los precios máximos de referencia para el Gas Licuado de Petróleo (GLP) y su reemplazo por precios de referencia sin tope, según la Resolución 216/2024 de la Secretaría de Energía, plantea serias preocupaciones. Esta medida, impulsada por el objetivo de fomentar la competitividad y la inversión, podría tener consecuencias perjudiciales para los consumidores, especialmente los más vulnerables.


En Argentina, alrededor del 30% de la población, es decir, cerca de 12 millones de personas, depende del gas envasado (GLP) u otras alternativas para satisfacer sus necesidades energéticas. El Programa Hogar, que garantizaba el acceso a la garrafa para hogares de menores ingresos y entidades de bien público sin acceso a gas natural, ofrecía un subsidio directo y mensual cubriendo el 80% del valor efectivo de una garrafa de 10 kg. Esta ayuda era crucial para mantener la accesibilidad económica de este recurso vital.


El mercado del GLP está dominado por un número reducido de empresas: YPF, Pampa Energía, Shell Argentina, Total Energies y Oil Combustibles. Esta concentración puede llevar a prácticas anticompetitivas y precios elevados, sin beneficios reales para el consumidor. La historia muestra que en mercados con baja competencia, la ausencia de regulación puede llevar a acuerdos colusorios, como se observó con el kerosene en Estados Unidos antes de la legislación antitrust. Las empresas dominantes pueden manipular los precios, afectando a los consumidores más desfavorecidos.


La política económica del Presidente Javier Milei, considerada la mayor recesión inducida en la historia de la humanidad, ha agravado las dificultades para millones de personas. En este contexto económico adverso, la eliminación de los precios máximos podría empeorar la situación. Dejar al mercado del GLP sin regulación puede resultar en un aumento descontrolado de precios, excluyendo aún más a los sectores vulnerables del acceso a una necesidad básica.


La desregulación no siempre mejora la eficiencia o la competencia, especialmente en mercados dominados por pocas empresas. La creencia de que liberalizar los precios elevará el mercado local a estándares internacionales ignora la realidad de que la competencia efectiva requiere una regulación adecuada para proteger a los consumidores y garantizar prácticas justas.


En conclusión, la decisión de desregular el precio del gas en garrafa en el actual contexto económico puede perjudicar a los consumidores vulnerables y refleja una política económica que ha profundizado la recesión. Es crucial reconsiderar estas medidas para proteger a los sectores más necesitados y asegurar un equilibrio justo en el mercado del GLP.

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