La paciencia tiene límites y la decadencia, responsables

La UCR de Entre Ríos hace tiempo se encuentra intervenida, no legalmente, lo que sería un mal menor ya que tendría fecha de vencimiento, sino intervenida ideológicamente, lo cual es mucho más grave y sin plazo definido. Además, si profundizamos más, su máximo órgano, el Congreso Provincial, está paralizado, en estado vegetativo, sostenido por los aliados del Gobernador.

Las movidas y coqueteos para que Juntos por Entre Ríos se asocie o se sume a la LLA son a la luz del día y sin pudor alguno. Mientras, el interventor de la UCR entrerriana, Rogelio Frigerio, flirtea cual adolescente con la hermana del presidente, y las autoridades formales miran detrás de los cortinados haciendo cálculos de cuánto ligarán de la dote. A cambio de favores, como, entregan su honra.

Pero, ¿los radicales que existimos por miles en Entre Ríos estamos de acuerdo? ¿Queremos ser parte de un gobierno que se jacta del ajuste, del hambre y de las vicisitudes que pasa la mayoría? No queremos ser parte; aspiramos a una sociedad solidaria, a tener una economía que esté lejos del salvajismo precapitalista que propone el Gobierno.

Es hora de que nos pongamos de pie, a luchar por nuestras banderas, sin especulaciones electorales, y desplacemos a esta dirigencia que nos lleva a etapas cada vez más profundas de decadencia y más lejos de los verdaderos intereses populares.
El poeta popular Zitarrosa en "Adagio a mi país" dice:

“Dice mi padre que un solo traidor  
puede con mil valientes  
él siente que el pueblo en su inmenso dolor  
hoy se niega a beber en la fuente  
clara del honor…”

Nunca más certeros sus versos, para impulsarnos sin miedos y sin pausa a recuperar a la Unión Cívica Radical de Entre Ríos, para y por el pueblo. Correligionarios, no puede haber mezquindades cuando el objetivo es tan claro. Y si hacemos las cosas bien, no se doblará ni se quebrará, porque quedarán los que queden, pero con la frente alta y las banderas de siempre.